Prevención
Prevención
La prevención en Odontología
La prevención empieza por uno mismo.
buenos hábitos alimenticios e higiénico-bucales
La prevención la llevamos a cabo con visitas periódicas de Revisión.
La prevención en Odontología, al igual que en todas las especialidades médicas, es la madre de todos los tratamientos. No cabe duda que una buena prevención de las enfermedades bucodentales más frecuentes es la manera más eficaz y eficiente de mantener una salud bucal en óptimas condiciones.
La prevención empieza por uno mismo. Tener buena salud oral y mantenerla en el tiempo está en las manos de cada paciente. Nosotros, como dentistas, podemos reparar algún que otro daño producido en la boca del paciente, pero lo más importante es inculcarle buenos hábitos higiénicos y alimenticios para que la salud conseguida se mantenga inalterable durante mucho tiempo. Si el paciente no sigue nuestras recomendaciones, inevitablemente perderá su salud oral en un periodo más o menos corto de tiempo.
La prevención la llevamos a cabo con visitas periódicas de Revisión. En estas visitas se hace un examen completo de la salud general de la boca, viendo todos los tratamientos que se le han realizado hasta el momento, comprobando sus hábitos de higiene, enseñando a cepillarse los dientes, etc. A los más pequeños, aparte de realizarles el examen completo, se les indica la aplicación tópica de Flúor para fortalecer el esmalte dental y prevenir la aparición de nuevas caries.
Prevenir es también llevar a cabo unos buenos hábitos alimenticios e higiénico-bucales. Evitar el consumo excesivo de alimentos azucarados (precocinados, bollería, etc) y cepillarse después de cada comida es fundamental para que no aparezcan caries ni enfermedad periodontal (las dos enfermedades más frecuentes de la boca). Otra manera de prevenir es la autoexploración. Revisarse uno mismo su propia boca hace que muchas de las enfermedades bucales se puedan coger a tiempo teniendo a la vez una solución más sencilla, económica y eficaz. De nada sirve visitar al dentista sólo cuando existen problemas graves (dolor, flemón, hinchazón de la cara, etc.), pues generalmente en esas condiciones los problemas instaurados tienen peor solución, peor pronóstico, son más costosos y tienen menor predictibilidad de futuro.
buenos hábitos alimenticios e higiénico-bucales
La prevención la llevamos a cabo con visitas periódicas de Revisión.
La prevención en Odontología, al igual que en todas las especialidades médicas, es la madre de todos los tratamientos. No cabe duda que una buena prevención de las enfermedades bucodentales más frecuentes es la manera más eficaz y eficiente de mantener una salud bucal en óptimas condiciones.
La prevención empieza por uno mismo. Tener buena salud oral y mantenerla en el tiempo está en las manos de cada paciente. Nosotros, como dentistas, podemos reparar algún que otro daño producido en la boca del paciente, pero lo más importante es inculcarle buenos hábitos higiénicos y alimenticios para que la salud conseguida se mantenga inalterable durante mucho tiempo. Si el paciente no sigue nuestras recomendaciones, inevitablemente perderá su salud oral en un periodo más o menos corto de tiempo.
La prevención la llevamos a cabo con visitas periódicas de Revisión. En estas visitas se hace un examen completo de la salud general de la boca, viendo todos los tratamientos que se le han realizado hasta el momento, comprobando sus hábitos de higiene, enseñando a cepillarse los dientes, etc. A los más pequeños, aparte de realizarles el examen completo, se les indica la aplicación tópica de Flúor para fortalecer el esmalte dental y prevenir la aparición de nuevas caries.
Prevenir es también llevar a cabo unos buenos hábitos alimenticios e higiénico-bucales. Evitar el consumo excesivo de alimentos azucarados (precocinados, bollería, etc) y cepillarse después de cada comida es fundamental para que no aparezcan caries ni enfermedad periodontal (las dos enfermedades más frecuentes de la boca). Otra manera de prevenir es la autoexploración. Revisarse uno mismo su propia boca hace que muchas de las enfermedades bucales se puedan coger a tiempo teniendo a la vez una solución más sencilla, económica y eficaz. De nada sirve visitar al dentista sólo cuando existen problemas graves (dolor, flemón, hinchazón de la cara, etc.), pues generalmente en esas condiciones los problemas instaurados tienen peor solución, peor pronóstico, son más costosos y tienen menor predictibilidad de futuro.
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